GIMNASIA MENTAL. El secreto para un cerebro sano.

Desde hace ya muchísimos años, las personas damos importancia a ejercitar nuestro cuerpo. Hoy sabemos que para disfrutar de una vida plena, también necesitamos ejercitar nuestra mente.

En este artículo te proponemos algunos buenos hábitos de gimnasia cerebral que te ayudarán a mejorar y preservar tu buen estado, enlenteciendo el efecto del paso de los años y sobre todo, desarrollando nuevas conexiones en el sistema nervioso y promoviendo la neuroplasticidad.

La gimnasia mental es una práctica que todavía no se ha generalizado y muchas personas desconocen o dudan del beneficio que pueden obtener al adoptar estas rutinas. Sin embargo, muchísimos estudios indican que la actividad cerebral es beneficiosa…¡y ninguno indica que pueda ser perjudicial!

Y qué te dice a ti el sentido común? Cuánto influye nuestro pensamiento en nuestro estilo de vida, en nuestro estado de ánimo? Si el cerebro es un órgano de funciones, ¿cuánto puede beneficiarse si lo ponemos en acción?

La gimnasia cerebral promueve la flexibilidad, la resistencia a la fatiga, la facilidad de adaptación. 
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Se trata de hacer todo tipo de actividades. Variar los estímulos y no limitarse a un hobby exclusivo, como hacer solamente crucigramas, sudokus o jugar ajedrez.
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Son muchas más las posibilidades que tiene nuestro cerebro; aprende cosas nuevas, siempre, de todo tipo: manuales, intelectuales o físicas y …¡disfruta de la vida!

1. Sale de tu casa, socializa, viaja
¡Qué mejor gimnasia para tu cerebro que viajar!
Viajar estimula nuestra mente, nos pone en contacto con lugares y culturas nuevas, y hasta con lenguas desconocidas. Todo esto fomenta nuestra creatividad y nos aporta beneficios cognitivos. Y si no puedes viajar lejos... ¡pues viaja cerca!
¿Cuánto hace que no tomas un ómnibus del cual no conozcas su recorrido, por el simple hecho de pasear?
Si no puedes viajar con el cuerpo, viaja con la mente, rodéate de diferentes culturas, a través de películas, libros o conversaciones. Integra grupos sociales que compartan tus intereses.

2. Escucha música
Escuchar música es una excelente actividad de gimnasia cerebral. La música es un estímulo muy potente para el cerebro. Diversos estudios muestran que al escuchar música, se activan los canales de comunicación de la información a través de las neuronas, aumenta la capacidad de aprendizaje, de concentración y de memoria. Por otra parte, escuchar música tiene efectos positivos en las emociones y puede contribuir a mejorar la calidad del sueño.
Acompaña tus actividades cotidianas con música. Mientras estás en casa haciendo tareas domésticas o cocinando, canta, baila, muévete al ritmo. ¡A cualquier edad puedes aprender a cantar o tocar algún instrumento! Hay cantidad de tutoriales en YouTube que te pueden ayudar.

3. Contacta con la naturaleza
Son enormes los beneficios de estar en contacto con la naturaleza. Nos ayuda a desconectar de nuestras obligaciones diarias, reduce nuestro estrés y ansiedad. Según los estudios, el contacto con la naturaleza, aun cuando sólo sea viendo alguna zona verde desde nuestra ventana, nos ayuda a reducir nuestra fatiga atencional y a manejar mejor nuestros impulsos emocionales. Además, es una invitación a aumentar nuestros niveles de actividad física y a estar en contacto con otras personas.

4. Escribe a mano
Redescubre el arte de tomar notas a mano, en lugar de usar siempre la computadora. Escribir a mano nos ayuda a procesar mejor la información y a elaborarla. Es un hábito que impulsa también otro muy importante: escribir tus pensamientos, tus proyectos, tus ideas. Acostúmbrate a hacer bosquejos y diseños de cosas que quieras remodelar; copia o escribe frases que te inspiren. Posee tu propio cuaderno personal.

5. Realiza actividad física
Según muchos estudios, toda la actividad física potencia la actividad cerebral, tanto a nivel del rendimiento y la resistencia mental, como en la producción de endorfinas.
El mejor ejercicio para su efecto en lo mental es el aeróbico: caminar, correr, bailar y disfrutar de hacerlo.

6. Obsérvate y define tus fortalezas
A la hora de realizar actividades es muy importante conocerte: ¿cuáles son los mejores horarios para realizar tus distintas tareas? ¿Qué estilo organizacional te hace más creativo y productivo? Hay quienes prefieren trabajar en equipo o solo, en un lugar ordenado y silencioso o en medio de un aparente caos que te permite tener todo a tu vista, al aire libre o en la quietud de una habitación, etc. Conocerte y aplicar tu estilo mejora tu concentración y te permite disfrutar más de los logros que aumentan.

7. Aprende idiomas
Según algunos estudio, hablar dos o más idiomas estimula conexiones cerebrales y procesos de plasticidad que nos protegen del deterioro cognitivo. No importa el grado de dominio ni el momento en el que hayas aprendido nuevos idiomas, todo aporta beneficios para tu cerebro: nuevas interrelaciones, aumento de la capacidad de asociar ideas y quebrar modelos rígidos de pensamiento, capacidad de observación y especialmente, estímulo de la memoria.
Acostúmbrate a ver películas en su idioma original, aunque no lo entiendas y debas usar los subtítulos, el cerebro estará haciendo un trabajo silencioso que te agradecerá.

8. Duerme lo necesario
Dormir en exceso o demasiado poco está asociado al envejecimiento cognitivo. Cada persona debe ir descubriendo sus ritmos y hábitos de sueño para adaptarlos a sus mejores resultados de descanso saludable.
En términos generales las horas óptimas de sueño son entre 6 y 8, preferentemente con una rutina de horario para acostarse y levantarse, tratando de no tener sobre-estímulos antes e descansar, ni en la alimentación ni en el uso de la tecnología. La buena ventilación e higiene del lugar en el que dormimos, la comodidad del colchón y de nuestra ropa, contribuyen a que los procesos fisiológicos sean los adecuados. Hay nuevas tendencias que aconsejan dormir sin ningún tipo de ropa, así que ¡quizás te convenga experimentarlo! Sin embargo, los pensamientos que nos llevamos a la cama, son elementos esenciales para que el cerebro reponga sus energías en la manera más conveniente.

9. Lee y cultiva tu cultura general
El rendimiento cognitivo que se ha medido en personas que cuidan su nivel de información, cultura general y hábitos de lectura, aumenta proporcionalmente con estos hábitos.
Nuevas relaciones lógicas, así como también creativas, ocurren en el cerebro cuando lo alimentamos con datos interesantes. En términos generales, a mejor nivel educativo, mejores posibilidades de combatir el deterioro cognitivo.
No se trata de que seas un erudito. Basta con que alimentes tu curiosidad en los temas que sean de tu interés y disfrute. No importa si se trata de un clásico de 500 páginas o de un artículo de una revista de temas cotidianos. Cuando leas, procura detenerte cada pocos minutos y recordar qué has leído. Trata de evocar palabras concretas, nombres, lugares o datos que hayas leído. Procura incorporar este hábito de lectura “activa” para estimular la memoria y la atención.
Durante tu sesión de lectura, dedica sólo unos segundos a incorporar un pequeño hábito que será un gran estímulo para tu cerebro: pon de cabeza el texto que estás leyendo, y trata de leer algunos renglones de esta manera –con dos o tres es suficiente-. Será una interrupción muy consciente para mantener tu nivel de alerta e interés. No es necesario repetirlo con frecuencia, sino sólo crear el hábito para hacerlo una vez en cada oportunidad en que estés leyendo.

10. Practica yoga y meditación
Estas actividades reducen el estrés y mejoran nuestro estado emocional y espiritual. Además, los últimos estudios indican también grandes beneficios en otras áreas del pensamiento: mejoramiento de la memoria, de la atención y la concentración, mayor habilidad para controlar las reacciones impulsivas y aumento de la plasticidad cerebral.

11. Aliméntate bien y evita todo lo tóxico
Somos lo que pensamos. Somos lo que hacemos. Y también ¡somos lo que comemos!
Que lo tuyo sea una dieta saludable, con ingredientes frescos y ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes. No olvides incluir un abundante consumo de agua, ya que el cerebro de deshidrata tanto como los otros órganos de nuestro cuerpo. Evita todo contaminante y sustancias tóxicas.
Respira saludablemente: el cerebro utiliza la cuarta parte de todo el oxígeno que inspiramos. Inspira y llena tus pulmones de aire limpio.

12. Cuida tu salud mental cuidando tus pensamientos.
Las ideas negativas y pesimistas afectan fisiológicamente a nuestro cerebro.
Todo el sistema inmune se debilita porque ocurren procesos endócrinos que se ponen en marcha.
Las glándulas liberan sustancias tóxicas que se generan en el cerebro cuando tenemos ese tipo de pensamientos. Cuida tu estado de ánimo. Nútrete de conversaciones amenas y siente el derecho de alejarte de las personas que sólo tienen actitudes y conversaciones depresivas. Las enfermedades del alma afectan el cerebro tanto o más que las enfermedades del cuerpo. Acostúmbrate a hablar contigo mismo en términos afectuosos, felicítate por las cosas que haces bien, tal como lo harías con tu mejor amigo.
Si atraviesas etapas difíciles, no dudes en pedir ayuda, en conversar con quien pueda brindarte apoyo, no te aísles ni te permitas estar deprimido, porque es un estado peligrosamente progresivo y cuanto más avanza, más cuesta recuperarse.

13. PRACTICA Y ENTRENA EJERCICIOS DE GIMNASIA MENTAL
El Club-Gimnasio Mental te espera para brindarte todos estos componentes que hemos mencionado antes. Un programa graduado de ejercicios divertidos y adecuados a la medida de la necesidad de prevención y cuidado que tú deseas para tu cerebro.